lunes, enero 14, 2008

La distancia

La distancia es un buen aliado y si no hay presencia de alguna señal todo se torna un poco más fácil, pero en el momento en que entre las distancias hay señales éstas se acrecientan al doble… al triple… a lo inimaginable.

Una simple llamada –en la distancia- se transforma en “la llamada”… y estas señales junto con su acrecentamiento traen un montón de recuerdos, muchos a mi parecer. Una como que automáticamente a partir de “la señal” activa su mente para recordar el más mínimo detalle de lo que ha pasado junto a esa persona. Conclusión: P.É.S.I.M.O.


Al final no sé si la distancia es buena o mala.

El regreso

No me es difícil pedir disculpas por los errores cometidos, pero cuando ya lo hiciste y la otra persona no accede [a disculparte] termino aburriéndome.
En serio que si siento que la falta cometida supera los límites haré de todo por remediarlo, al contrario si es algo mínimo no sé me aburro, me da lata y no es de orgullo ni nada por el estilo pero siento como que tiendo a humillarme y a convertirme en lo más obstinada.

Dos opciones; la otra persona no esta ni ahí o le encanta que le rueguen.
Y yo no me presto para ese tipo de juegos.